Correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios.
La aflicción en nuestras vidas está controlada
por Dios...
Comienzo con narrarles, que en un tiempo de mi vida, veía a un Dios lejano, sentado en su trono, indiferente a las vicisitudes y a mis angustias... Pero él tuvo la gracia de mostrarme que realmente no le conocía y me enseñó que él , es un padre cercano que se compadece de mi sufrimiento y se alegra con mis alegrías.
Su
amor me lo mostraba en cada detalle, en cada sitio en cada momento.
Quiero recordarte que tienes un padre en el cielo, bueno, tierno amoroso, que se siente profundamente conmovido cuando lloras, que puede comprender y hasta experimentar tu dolor.
Él quiere traer
consuelo a tu alma y en esta hora te dice: no llores.
En
las escrituras puedes ver (Lucas 7), la historia de la viuda, no solamente la consoló sino que obró un
milagro sorprendente y revivió a su hijo, le devolvió la esperanza y sus sueños
que se habían roto. Dios siempre trae el consuelo a nuestros corazones, sino
que también está a punto de obrar de maneras inesperadas a tu favor.
Así es que, no llores, solo espera en él.
Un día Él te mirará a
los ojos y te dirá «no llores». Y cuando Él haga esto significará que Él habrá
secado tus lágrimas para bien.
«Los que siembran con lágrimas segarán con gritos de
júbilo» salmo 126:5
¿Para qué sirve un libro lleno de lágrimas? Apocalipsis
21:4- nos da la respuesta:
«Él enjugará toda lágrima
de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor,
porque las primeras cosas han pasado»
.
De las aguas más profundas y de los fuegos más
ardientes he aprendido las cosas más profundas que conozco acerca de Dios.
HIJA DEL ALTISIMO...
Dra. ZAIDA MARCANO
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