Somos perdonadas por Dios .


SOMOS PERDONAS POR DIOS.-


 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados.

 1 JUAN 4:10 SU AMOR SU GRACIA Y MISERICORDIA NOS HACE RESPIRAR LIBRES, DE TODO PESO DE TODA CULPA O PECADO.-

 Eres perdona por Dios, su amor no tiene límites, cada día son sus nuevas sus misericordias para con nosotras, siempre que leo su palabra se menciona el gozo, vivir cada día en su gozo, recordamos también, los salmos favoritos que mencionan el nuevo amanecer, cada día podemos vivir la libertad y saber que somos perdonadas por nuestro padre celestial, las verdades de su perdón están en la BIBLIA, Vivir a profundidad en de su palabra veremos su completo perdón de cada pecado que hayamos cometido, de cada error, de cada falta, si vivimos a los pies del maestro nos hace sentir su paz en nuestro espíritu.- Rendirte a sus pies ya no sentirás mas frio ni soledad, disfrutaras que te acurrucas en sus brazos.-

 Colosenses 1: 4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, 5. A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio…..-

 Nuestra esperanza está en el cielo, cuando se combina la fe y el amor a 

Dios y por ende a su palabra, tendremos la esperanza.

 El evangelio es la palabra de dios, allí debemos estar arraigadas y meditarla de día y de noche.- Cuando interactúas con la palabra de dios y la vas aplicando a tu vida comienzas una nueva dimensión en tu vida diaria. Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado (salmos 1:1).

Después pasas a este otro párrafo del referido salmo “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche (salmos 1:2).

 Este versículo se refiere al hombre o mujer, que se aleja de los malos caminos, encuentra en la palabra de Dios su delicia.

 Tiene hambre y sed de ella, y la convierte en su alimento espiritual.

 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios (JUAN 3:18).

 Lo primero es expresar y reconocer las cosas malas que hemos hecho, decirlas a Dios.

 Él conoce todo y ya lo sabe.

 Pero nosotros necesitamos aceptar en humildad delante de él que le hemos fallado Este paso abre la puerta para que su perdón fluya y nos alcance.

 Dios nos limpia de toda maldad.

 No hay absolutamente nada que podamos confesarle que él no pueda perdonar.

 Su amor y su perdón alcanzan y cubren cada rincón de nuestro corazón.

Dra Zaida Marcano de Navas

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